13/10/15
Piedra de afilar / Enrique RAMOS
Durante más de seis años ha dejado en estas páginas su generosidad, su idealismo y su concepto de que la vida debe ser de la gente de bien. Lo ha hecho contando lo que pasa en su ciudad con esa honestidad humana e intelectual que ni siquiera es una virtud en ella porque no sabría ser de otra manera aunque lo intentara.
María Fernán dez, el ser humano excepcional escondido bajo nombre y apellido común se va. Afronta un nuevo reto laboral con la ilusión, la profesionalidad y el conocimiento con el que se enfrenta a todo lo que merece la pena en este mundo.
Su luz y su vitalidad contagiosa harán que las mañanas de otro lugar sean mejores. Astorga entera, pero especialmente los que nos dedicamos al oficio de contar cosas, ya no seremos iguales sin ella. |