10/09/19
Los muros de la residencia Glorieux, mudos y vacíos desde hace una década, guardan el fantasma de la esperanza en su interior de forma que con el cambio en la presidencia de la Diputación provincial exista una sensibilidad diferente para dar contenido a un edificio magnífico, ubicado en el centro de la ciudad y que la falta de uso y mantenimiento está deteriorando por momentos.
En 2009 se decidió su cierre y el traslado al complejo Cosamai de los residentes que albergaba. Desde entonces la falta de uso y de fines lo va devorando. |